sábado, octubre 28, 2006

CUMPLEAÑOS 68. HOMENAJE Y MEMORIAS ...

ARTURO ALAPE
Cali, Noviembre 3 de 1.938
Bogotá, Octubre 7, 2.006
Homenaje al Maestro y al amigo en su Cumpleaños 68

La última fotografía del Maestro Alape en Cali.
Agosto 9, 2.006
Biblioteca Departamental. Tertulia con jóvenes de Cali
alrededor de los 50 años de la explosión del 7 de Agosto de 1.956
Fotografía MIC de
NTC …
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Estoy retornando a esos hábitos de la niñez en los años 40 y 50 del siglo pasado;
es como la reconstrucción de la memoria, de la vida del artista, del intelectual, del hombre,
el reencuentro con los antiguos y los nuevos amigos.
Arturo Alape

Homenaje al Maestro y al amigo en su Cumpleaños
Noche de Arte, Música, Poesía y Tertulia.
Invitan:
Biblioteca del Centenario
Grupo de Investigación Social “ARTURO ALAPE” de Cali
Bitácora “ARTURO ALAPE”

Viernes, 3 de Noviembre de 2.006
6:30 PM – Cali
LUGAR: BIBLIOTECA DEL CENTENARIO
Avenida Colombia Calle 4ª. Oeste Esquina
Tel: 893 2909 E-mail: bcentenario@yahoo.es y aalapeblog@gmail.com

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Arturo Alape, el indagador infalible de nuestra realidad.*
(Cali, 1938 – Bogotá, 2006)
Por Luis Alberto Díaz Martínez. Comunicador y escritor

. Para Katia, Paloma, Manuel, Nicolás y todos sus seres amados.

Una sensibilidad humanista, cálida, sencilla y entrañable como la del Maestro Arturo Alape sólo es posible entenderla si se sabe, por ejemplo, que desde “muy peladito” junto con Álvaro su hermano mayor, les tocó recorrer las calles cercanas a la antigua galería central de Cali, vendiendo comestibles para reunir unos pesos que le permitieran a su madre Tránsito –en el inquilinato donde vivían– sostener una familia con padre ausente. Es decir, nunca olvidó su origen y siempre lo tuvo muy presente con orgullo.

Más aún, si a los pocos años de escuela primaria que alcanzó a cursar se sumaron impresiones definitivas como aquella del 9 de abril de 1948, cuando unas horas después del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán y del desmadre que se extendió por todo el país, descubrió en la espalda de un vecino recién llegado en bicicleta –residente en el mismo inquilinato caleño– un orificio de bala y una mancha de sangre que le cubrió toda la espalda como ha venido pasando con Colombia desde entonces. Es decir, nunca dejó de inquietarse ni de hacerse preguntas cruciales acerca de la barbarie de sus congéneres, buscando a toda costa una respuesta.

Y si uno se entera que oficiando de ayudante y mandadero de un dentista sensible empezó a conocer sus facilidades para combinar formas y colores, por fuerza deduce también que muy pronto empezó sus clases de dibujo y pintura en Bellas Artes primero, para continuarlas después en el Instituto Popular de Cultura cuando ya había recorrido los municipios del Valle y del Cauca como vendedor ambulante de quincallería hasta recalar por último en la zona de tolerancia de Cali con un variado surtido de ropa interior femenina. Es decir, nunca se le arrugó al esfuerzo de sostenerse dignamente y a puro pulso con el rebusque.

Hasta que ya hecho adolescente y adulto prematuro, se volvió lector de la poesía combatiente de la guerra civil española, de las Cartas a Theo de Van Gogh y de la gran literatura universal, participó como dirigente en las jornadas estudiantiles caleñas que contribuyeron a la caída de la dictadura de Rojas Pinilla, lideró desde la militancia política de izquierda –al inicio del Frente Nacional– el nacimiento de los barrios de invasión en Cali, y cuando no hubo otra alternativa posible asumió el compromiso generacional de irse al monte para constatar con su propio pellejo la insurgencia armada y en su momento decidir que a ese camino lo debía sustituir el análisis y la pura creación. Es decir, tomó el toro por los cuernos y sin el resentimiento ni los reniegos de algunos de sus contemporáneos se enrutó por la vida del arte literario y pictórico, pagando el alto precio del exilio, del ostracismo interior, de la detracción y del ninguneo.

Luego siguió un recorrido vertiginoso por los vericuetos de la investigación histórica, sociológica y periodística; por los meandros de la reflexión, el debate, el ensayo y la cátedra universitaria; por los riscos venturosos y refrescantes de la creación libertaria de universos narrativos con el cuento, la novela, la poesía y la pintura; lo cual, sumado a su vocación de viajero, de melómano del bolero, el tango, los ritmos caribes, el jazz y la música clásica, amén de sus goces culinarios, lo convirtieron en un humanista de nuevo cuño que le sacó literalmente el jugo a su existencia y con mucho humor en complicidad con sus seres amados. En suma, un legado prodigioso e insustituible en sus alcances para poder entender de verdad por qué nos seguimos matando entre hermanos y cómo podemos dejar de hacerlo si por fin aterrizan de una buena vez los dueños de todos los poderes en Colombia.

OBRAS PUBLICADAS: Diario de un guerrillero (1970), Las muertes de Tirofijo (1972), Guadalupe años sin cuenta (coautor, premio Casa de las Américas, 1976), Un día de septiembre. Testimonio sobre el paro cívico de 1977 (1977), El cadáver de los hombres invisibles (1979), El Bogotazo: memorias del olvido (1983), Noche de pájaros (1984; 2003), La paz, la violencia: testigos de excepción (1985), Las vidas de Pedro Antonio Marín, Manuel Marulanda Vélez, Tirofijo (1989), Valoración múltiple sobre Tomás Carrasquilla (1990), Julieta, el sueño de las mariposas (1994), Tirofijo: los sueños y las montañas (1994), Ciudad Bolívar: la hoguera de las ilusiones (1995), Valoración múltiple sobre León de Greiff (1995), Río de inmensas voces y otras voces (1997), Mirando al final del alba (Beca de Creación de Colcultura 1995, 1998), Sangre ajena (2000), Yo soy un libro en prisión (2002), Luz en la agonía del pez (2004), Frida Kahlo (2004) y El cadáver insepulto (2005).

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* Texto a publicar en la revista "METROPOLITANA" http://www.calicultural.com/articles/107/art_03mx_107.html de Cali en Noviembre de 2.006, en la sección: CALEÑOS POR FUERA / CALEÑOS EN LA EMIGRACIÓN
Esta página se dedica al reconocimiento de quienes por una razón u otra decidieron o tuvieron que salir de Cali, su ciudad, para seguirse cultivando y cosechando en otros lugares. Quiéranlo o no, Cali es su querencia, su entraña, por lo tanto aquí siguen.

Agradecemos al autor el envío det texto.

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ARTURO ALAPE *
Por :
Omar Ortiz
EL TABLOIDE, Tulúa, Octubre 14, 2.006 http://www.eltabloide.com.co/?Articulo=12742
http://www.eltabloide.com.co/Imagenes/opi_omarortiz-01.jpg (Foto Omar Ortiz)

Carlos Arturo Ruiz, que así aparecía en su registro civil fue ante todo un luchador, un peleador que le ganó a las dificultades de la pobreza y quien desde muy temprana edad tuvo que ponerle el pecho a la brisa para sacar adelante a su madre y hermanos menores. Pero sus múltiples oficios no le impidieron estudiar en el Instituto Popular de Cali entre 1955 y 1959, logrando convertirse en pintor, disciplina artística que ejerció durante sus sesenta y ocho años de vida, complementando su interés por la escritura, la dramaturgia, la investigación, el periodismo y en general todos los espacios de la creación que le permitieran generar crítica y polémica.

Nacido en Cali, estudió en la "Escuela Central de la Juventud" en Moscú, donde resolvió adoptar el seudónimo de "Arturo Alape" como homenaje a Jacobo Frías Alape, "Charro Negro", jefe guerrillero de los años cincuenta. Alape fue apasionado combatiente por las causas populares y como tal se hizo militante de la Juventud Comunista de la que fue Secretario y así viajó por todo el departamento del Valle, con la misión de hacer allí la más importante organización revolucionaria al servicio de sus ideales de Partido. En esa militancia hizo amistad en el municipio de Marquetalia con Pedro Antonio Marín, "Tirofijo", comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia -Farc-, y de dicha cercanía saldría un libro que lo hizo celebre, "Las muertes de Tirofijo" publicado en 1972.

Por su actividad política tuvo que tomar en varias oportunidades el camino del exilio amenazado de muerte por las fuerzas de seguridad del Estado. Cuba y Alemania fueron sus refugios temporales, amparo que aprovechó para concretar en el papel sus experiencias sociales, sus vivencias, sus investigaciones, que se traducen en por lo menos 23 libros publicados de los cuales queremos resaltar: "Diario de un guerrillero" (1970), "Las muertes de Tirofijo" (1972), "El Bogotazo: memorias del olvido" (1983), "Noche de pájaros" (1984), "Julieta el sueño de las mariposas" (1994), "El cadáver insepulto" (2005).

Arturo Alape no pudo ser derrotado, la leucemia que padecía desde hace siete años le jugó una mala pasada este siete de octubre cuando los médicos que lo atendían en la Clínica Corpas de Bogotá, lo declararon muerto, pero lo que todos sabemos es que desde cualquier paisaje Alape caminará orgulloso de ser el más comunista de los Doctores que ha tenido la
Universidad del Valle.